Saber cuánta cantidad comer y cuándo hacerlo, es clave para nutrirte de sus antioxidantes y disfrutar de su sabor.
Dentro de una alimentación saludable están incluidos todos los alimentos, de esta manera podemos entender que no existen alimentos buenos ni malos, lo importante es consumirlos en la cantidad, porciones y frecuencia adecuadas para cada persona (según sexo, edad, nivel de actividad física, estado de salud, entre otros factores). No es bueno estigmatizar ningún alimento, ya que es la cantidad y la frecuencia de consumo del mismo, la que hace que este se transforme en un enemigo de nuestra salud.
Existen grandes diferencias en la composición nutricional del cacao, chocolate negro, chocolate blanco, chocolate con leche y otros tipos de chocolates procesados. El cacao contiene grandes cantidades de flavonoides (principalmente flavanoles, epicatequina, catequina y procianidinas), que son poderosos antioxidantes.
Diversos estudios han demostrado que los antioxidantes del chocolate, principalmente negro, protegen contra la muerte celular, causante de muchas patologías como las cardiovasculares, cerebrovasculares, algunos tipos de cáncer (hepático, gástrico, de colon, próstata), enfermedades del sistema nervioso como el Alzheimer y el Parkinson, que se originan por la muerte neuronal no controlada. Por su efecto antiinflamatorio los antioxidantes ayudan a prevenir patologías como la hipertensión arterial, la resistencia a la insulina o la diabetes tipo 2 y enlentecen el envejecimiento. Su efecto antioxidante reduce el estrés oxidativo que es el principal factor de envejecimiento celular, por lo que tiene un efecto directo sobre el envejecimiento de la piel.
De esta forma, el consumo de antioxidantes de origen natural constituye, actualmente, una recomendación a toda edad, y particularmente en la edad adulta y en la senescencia.
Aunque existe mucha evidencia sobre los beneficios del chocolate, su recomendación genera controversias principalmente por las diferencias de composición nutricional de acuerdo al tipo de procesado, lo que hace que el contenido de antioxidantes y sustancias beneficiosas para la salud sean distintas.
Por su contenido de antioxidantes, el chocolate amargo puede ayudar a prevenir algunas enfermedades, pero al chocolate de leche o blanco, que contiene bajas cantidades de cacao no se le pueden adjudicar los mismos beneficios. El consumo de chocolate, tanto amargo como dulce debe ser moderado, porque es un alimento de una alta densidad calórica, con mucha grasa y azúcar que incluso está contraindicado para personas con patologías como sobrepeso, obesidad o diabetes, en las que el consumo de estos nutrientes está restringido o prohibido.
Aunque en las últimas décadas se ha extendido la idea de que el chocolate es un alimento que se asocia con bienestar psicológico, no existen evidencias científicas que respalden esta teoría.
La recomendación es consumir chocolate negro o amargo, con alto contenido de cacao (70% aproximadamente) y en porciones pequeñas (50 gr/día), ya que éste tipo de chocolate tiene mayor cantidad de antioxidantes provenientes del cacao, menor contenido de azúcar y de grasas saturadas.
La recomendación es consumir chocolate negro o amargo, con alto contenido de cacao (70% aproximadamente) y en porciones pequeñas (50 gr/día), ya que éste tipo de chocolate tiene mayor cantidad de antioxidantes provenientes del cacao, menor contenido de azúcar y de grasas saturadas.
Debemos recordar que los mayores beneficios del consumo de antioxidantes se obtienen cuando son de distintos tipos y provienen de distintas fuentes alimentarias. Las frutas y las verduras son la principal fuente dietaria de antioxidantes, sobre todo aquellas frutas consideradas cítricas o de la familia de los berries. Por esto, una dieta equilibrada recomienda el consumo de 3 porciones de fruta y 2 de verduras al día y no excluye el consumo moderado de chocolate negro.
¿Las variedades "diet o light" realmente son una buena opción?
En general, las variedades light o diet de los chocolates son aquellas que han disminuido en cierto porcentaje el contenido de azúcar del producto y lo han reemplazado por fructosa o por endulzantes artificiales. Pero en estos productos la cantidad de calorías o de grasas no se han disminuido, por lo que es erróneo pensar que un chocolate light o diet, engorda menos que un chocolate normal.